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Aunque todavía queda mucho por descubrir sobre la relación entre el ejercicio y el cabello, sí sabemos que el ejercicio regular y moderado es bueno para nuestra salud, en muchos sentidos. Las actividades aeróbicas, como caminar, correr, nadar o montar en bicicleta, mejoran nuestro estado físico, nuestra fuerza y nuestra resistencia. Nos ayudan a mantener nuestro peso bajo control, gracias a la quema de calorías. Además, contribuyen a nuestra salud mental, ya que nos dan una “sensación de euforia” y nos levantan el ánimo.

Las afirmaciones de que el ejercicio también puede prevenir la caída del cabello y estimular su crecimiento pueden sonar demasiado buenas para ser verdad. Por eso en este artículo vamos a analizarlas más de cerca, para ver si resisten un escrutinio detallado. ¡Sigue leyendo!

Razones de peso

Se han realizado pocas investigaciones sobre este tema, pero no hace falta ser un científico de renombre para saber que el ejercicio no puede evitar la caída del cabello cuando ésta es causada por la genética. El ejercicio puede cambiar nuestro cuerpo, pero poco puede hacer para cambiar nuestro perfil de ADN. Dicho esto, de todas formas hay argumentos de peso a favor de la teoría de que el ejercicio regular beneficia a nuestro cabello.

En primer lugar, lo que es bueno para la salud en general también es bueno para el cabello. En segundo lugar, uno de los efectos probados del ejercicio es que mejora el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluyendo el cuero cabelludo, lo cual aumenta el nivel de oxígeno y nutrientes en las células sanguíneas que llegan a los folículos pilosos. Los folículos capilares sanos prolongan la fase de crecimiento del ciclo capilar, lo que permite la aparición de hebras más fuertes y sanas.

Acabando con el estrés

Hay muchos estudios, realizados a lo largo de los años, que demuestran que el ejercicio puede ser eficaz para combatir el estrés. La actividad aeróbica regular reduce la presión arterial y actúa como antidepresivo, aumentando la resistencia del cuerpo al estrés.

Esto es muy importante, ya que el estrés puede ser un factor significativo en algunos tipos de pérdida capilar. El efluvio telógeno puede desencadenarse por un trauma, o por la exposición a algún tipo de evento estresante, el cual puede ser alguna enfermedad. Así, por ejemplo, se cree que la pérdida de cabello que suele producirse después del Covid-19 es una forma de efluvio telógeno. Si logramos reducir los niveles de estrés mediante el ejercicio, podremos desarrollar cierta protección contra este tipo de pérdida capilar.

¿Pero cuánto ejercicio se necesita?

La Organización Mundial de la Salud aconseja que los adultos se propongan hacer al menos 150-300 minutos de actividad aeróbica moderada cada semana, o si el ejercicio es más vigoroso, al menos 75-150 minutos por semana. También es aceptable una combinación de ejercicio moderado y vigoroso. Esto debería ser suficiente para gozar de buena salud en general, y para beneficiarnos con un mejor crecimiento del cabello.

Sin embargo, no todo el ejercicio conlleva los mismos beneficios para los folículos pilosos. El entrenamiento destinado a desarrollar la musculatura, por ejemplo, puede ser perjudicial para el cabello cuando se realiza en exceso. Esto se debe a que el levantamiento de grandes pesos aumenta los niveles de testosterona. Cuando la testosterona se convierte en dihidrotestosterona (DHT), puede terminar encogiendo los folículos pilosos, lo que impide el crecimiento de cabellos nuevos.

Ejercicio, nutrición y sudor

Por eso, aunque el ejercicio es importante, debe equilibrarse con una buena alimentación. No hay duda de que la salud de nuestro cabello se ve afectada por la calidad de nuestra alimentación. Esto se aplica especialmente a las personas que hacen ejercicio intenso de forma regular. Si no reponemos los nutrientes que consumimos por el ejercicio, corremos el riesgo de sufrir una caída del cabello por falta de hierro, vitaminas, proteínas y minerales, ya que dichas sustancias no podrán llegar a los folículos pilosos. Si tu cuerpo detecta que los nutrientes son escasos, destinará los pocos que estén disponibles a los órganos más vitales, como el cerebro. Si eso llega a suceder, los folículos pilosos se quedarán sin su cuota de nutrientes.

Otra cosa que hay que tener en cuenta es el sudor que se produce durante y después del ejercicio vigoroso. El sudor puede acumularse en el cuero cabelludo junto a los residuos de productos, obstruyendo los folículos pilosos, a menos que se eliminen con un buen lavado. Sin embargo, lavarse el pelo con demasiada frecuencia puede despojar al cabello de sus aceites naturales. En resumidas cuentas, si haces ejercicio todos los días, deberías lavarte el pelo cada dos días, en vez de hacerlo a diario.

Conclusión

Es necesario realizar más investigaciones académicas para descubrir realmente cuál es el vínculo específico entre el ejercicio y el crecimiento saludable del cabello, pero todo indica que la actividad aeróbica es buena para nuestras hebras. Se ha demostrado que mejora el flujo sanguíneo y que alivia el estrés. Estos dos factores por sí solos son suficientes para sugerir que es beneficioso para el cabello.

Si sufres pérdida o adelgazamiento del cabello, es importante que te hagas una revisión cuanto antes. Como muchas otras cosas, los problemas de pérdida capilar se tratan con mayor eficacia cuando se detectan en una fase temprana. Vinci Hair Clinic les ofrece una consulta gratuita y sin compromiso a todos sus clientes nuevos, para que puedan revisar el estado de su cabellera y recibir respuestas adecuadas a todas sus preguntas, sin comprometerse con nada. ¡Ponte en contacto y reserva tu cita hoy mismo!

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